lunes, 14 de enero de 2008

Miles de apuestas: una vida

Y ante la intuición de mi consciencia mi deseo se despierta sediento de certezas... Pero el sueño es tan puro que tal vez sea más real que la misma realidad. No hay quien pueda separarlos: Sueño y realidad... realidad y sueño.

Mi razón juega conmigo, como el viento con la espiga seca... mi voluntad sólo puede huir o apostar. Y apuesto...

Apuesto que me lees
y que puedes no leerme...
apuesto que mis manos son mías,
que mis ojos ven lo que miran,
y que lo que miran, es.

Apuesto que mis actos valen
más de lo que puedo valorar mis actos
y que el más hondo querer es libre...
si quiero.

Apuesto que más no es menos,
que todo no lo es todo,
y que no soy lo primero...
aunque pueda ser inicio.

Apuesto que apuesto por vivir
y no por apostar,
y que mi vida vive
más allá de toda muerte.

Apuesto que no soy sólo nada,
ni siquiera sólo todo.
Apuesto que yo soy sólo yo.

No me dejes dejar de apostar...

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