miércoles, 19 de diciembre de 2007

Posibilidad del bien objetivo

Sólo la existencia de fines universales y enternos para todo ser racional puede dar lugar a bienes objetivos.

A partir de semejante afirmación, la pregunta es inmediata: ¿de qué manera puede darse un fin como necesario para cualquier ser racional independientemente de cualquier otra consideración?

Desde la razón, sólo una respuesta cabe a esta pregunta:

Los fines universales sólo tienen sentido si existe un orden previo del que participa todo ser racional y que proporciona un fin común a toda razón. Fin necesariamente superior a cualquier otro fin. Un paraíso al que tender irremediablemente, de adquirir la experiencia y autoconocimiento suficiente para valorarlo en su justa medida.

Sólo la existencia de una esencia, una naturaleza de la que participe todo ser racional puede llevarnos a afirmar la existencia de fines universales.

Pero, ¿de dónde podría provenir, de existir, esa esencia? ¿De dónde nacería tal orden?

Aparentemente sólo dos respuestas caben, aceptando como hipótesis la existencia de un fin universal:

1.- El orden es lo primero que existe.
2.- El orden fue creado por un ser que queda más allá de toda razón.

pero pronto nos damos cuenta de que sólo una es válida:

Racionalmente el segundo punto se hunde en sí mismo, ya que de existir un ser que no quede afectado por el orden, deja de tener sentido racionalmente la existencia de un fin universal. Podría tener sentido la existencia de un fin común para todas sus creaciones (por ejemplo un paraíso por él mismo inventado para cada ser humano), pero ese fin, ante la razón, nunca podría ser más que una posibilidad más ante la observación de la propia existencia del creador. La razón nunca aceptará quedar atado a leyes que no todos tienen por qué cumplir... no podrá aguantar no comer la manzana que el creador no tiene prohibida comer. La sumisión sí podría atarse a dichas leyes... pero la sumisión es completamente independiente de la razón.

Así, de existir un creador, sólo si éste está atado a un orden previo del que participe junto con todas sus creaciones, podrá hablarse de la posible existencia de un fin universal.

Todo queda resumido, por lo tanto, en el punto primero:

Sólo tiene sentido hablar de bien universal, si existe un orden previo que proporciona a cada ser racional de la naturaleza un fin común.

En cualquier otro caso, con o sin creador, con o sin una naturaleza evolutiva común en los seres racionales, los bienes, junto con los fines, serán siempre exclusivamente subjetivos. Esto sería así incluso en el caso paradójico de que coincidan los fines de todos los seres.

Sólo queda destacar que el hecho de que los fines sean subjetivos no quiere decir que no sean defendibles... pero esa sería otra batalla.